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El melón españolRamiro Cardona
A la vista de los últimos acontecimientos, la España franquista está en alza, la de la una, grande y libre; y hay mucha leña mediática para hacer ruido y que se enteren los que no estén de acuerdo. Los españoles jamás han arreglado los problemas civilizadamente, siempre han recurrido a la imposición, al ejército violento y a las gónadas de la fuerza.
Los españoles, de democracia entienden muy poco o nada, desde el momento en que fundamentan su personalidad y su ser en tres mentiras, porque España ni es grande, ni es libre y mucho menos es una. Y su constitución posfranquista que tanto nos la mencionan, no es mas que un muro de espino fabricado contra las naciones que componen el estado español. De todas formas, muy a su pesar y de que ahora no convenga, poco a poco se van dando cuenta de lo que sucede y eso les pone de los nervios, hasta tal punto que los más fanáticos son los que más hacen por que el melón de su España se abra de una vez por todas
El odio al vasco y al catalán que ya aflora sin pudor en muchas tribunas, sólo se puede entender desde el complejo de inferioridad que demuestran tanto político mediocre y tanto propagandista del régimen franquista. No pueden aceptar que vascos y catalanes cada uno a su manera, somos diferentes, vemos las cosas diferentes, actuamos como naciones de una manera más eficaz, somos más emprendedores, más competentes y obtenemos mejores resultados.
Por otro lado, parece que no comprenden que estemos hartos de tanta solidaridad impuesta y desaprovechada y de tanta amenaza por parte del ejército español, un ejército que nosotros también alimentamos, muy a pesar nuestro.
Así las cosas, vamos perdiendo la esperanza de cualquier acuerdo amistoso con España, pero afortunadamente también la van perdiendo nuestros políticos que van comprendiendo que no hay ninguna posibilidad de negociación y que si hay que avanzar, será a pesar de España, y pasando de ella como lo vamos haciendo ya unos años.
Tenemos que conseguir en nuestros territorios que cada vez haya menos España, sin estridencias, sin imposiciones, sin malos modos, pero con decisión e inteligencia. Tampoco es necesaria la prisa, porque es un proceso largo de sumar voluntades, y eso nuestros políticos nacionalistas vascos y catalanes lo tienen que tener claro: hay que avanzar en esa dirección, no vale pararse, porque los nacionalistas españoles en nuestros territorios harán precisamente lo contrario para lograr su España, una, grande y libre.
Ha llamado la atención, los ridículos anuncios impuestos por el señor Bono en EITB y demás cabeceras de periódicos digitales en Euskadi. Nosotros no necesitamos las gracias del ejército español, lo único que necesitamos es que dejen de amenazarnos, con sus soflamas, y que no nos impongan la rojigualda porque no la sentimos, al menos en aquellos sitios en que nuestras autoridades elegidas democráticamente no desean que sea exhibida.
Deben comprender que nuestra patria no es la suya, porque nosotros amamos la nuestra, sin menoscabo y total respeto hacia la suya, pero desde el momento que la nuestra es insultada y ofendida por sus representantes, insultaremos y ofenderemos a la suya. Ese es el problema que tienen los españoles, que todavía creen que España es una, grande y libre. Somos muchos, cada vez más, los que exigimos respeto a nuestros territorios y a las decisiones de nuestros parlamentos y si España se niega rotundamente a aceptarlo, antes llegaremos a separarnos definitivamente.
Que griten, insulten y amenacen los losantos, ibarras, guerras, aznares y zaplana. Sabemos bien, que tienen la causa perdida. Nos asiste la razón y no la fuerza.
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